miércoles, 15 de diciembre de 2021

Publicación de La Resistencia VOX de Rafael González Serrano

Rafael González Serrano nació en Madrid, donde realizó estudios de Telecomunicaciones, Filología Hispánica e Historia Antigua. Dedicado a la docencia, ha sido catedrático de Sistemas Electrónicos. En el terreno literario, ha escrito poesía, novela y artículos sobre obras de poetas del siglo XX; ha realizado así mismo la labor de traductor y editor. 
Tiene publicados los siguientes libros: Presencias figuradas (2006), Manual de fingimientos (2008), Insistir en la noche (2010), Mapa del laberinto (2011), Siempre la feria (2012), Fragmentos de la llama (2014), Leves alas al vuelo (2015), Cruzar puertas traseras (2017) y Las personas del verbo (2020). Ha traducido a Valéry y Mallarmé y editado una antología de Quevedo. 

jueves, 9 de diciembre de 2021

Presentación de La vida es lo difícil

Javier Puig y Juan Lozano

En primer lugar gracias a todos ustedes por su asistencia y a Vicente Pina, como siempre, por habernos ofrecido este magnífico espacio, para celebrar la aparición de “La vida es lo difícil” con el que Javier Puig cierra con broche de oro su trilogía ensayística publicada por Celesta, editorial madrileña que dirige con gran acierto Rafael González.
Javier comenzó publicando sus artículos en Frutos del Tiempo en 2013 y al año siguiente lo hacía en Mundiario. También ha colaborado en otros medios digitales que han desaparecido de la Red como La Galla Ciencia o Minuto Cero.   Yo conocí a Javier, primero por sus escritos y no tenía ni idea de cómo era. Fue con ocasión de la presentación del poemario Sin lugar seguro de José Luis Zerón en Elche, José Luis vino acompañado de algunos amigos entre los que estaba Javier. Luego he celebrado la aparición de sus artículos y reseñas donde Javier aunaba una capacidad analítica poco común, servida con una gran inteligencia y una elegancia prosística de altura. Curiosamente, Javier trabajaba en Elche, lo ha hecho durante años, y más de una vez José Luis Zerón y yo lo hemos utilizado como “porteador” para hacernos llegar alguna cosa. Javier aprovechaba esos trayectos en tren y los tiempos de espera para leer. Creo que no he conocido a nadie, tengo el convencimiento de ello, que haya leído más que Javier ni visto más películas. Yo mismo soy mal lector y muy poco disciplinado. Javier en cambio era y es un lector extraordinario, dueño de un maravilloso eclecticismo (yo creo que habría que hacer una defensa del eclecticismo, que tiene tan mala prensa y no sé por qué). Javier lo mismo podía leer a Thomas Mann, Schopenhauer o Montaigne que el último libro aparecido de un autor local. Javier, creo yo, tenía y tiene una especial predilección por el ensayo humanista, la filosofía y lo que se ha dado en llamar literatura testimonial. No quiero decir que ese fuera el único momento en que leía pero creo que sí constituía un tiempo importante.  Yo diría que esos trayectos en tren fueron la argamasa y los adobes con los que vas haciendo la pared de sus artículos. Si yo tuviera que definir con una palabra la trayectoria de Javier Puig, esa palabra sería HONESTIDAD. Yo creo que Javier nunca pensó compilar esos artículos en libros. Tuvo que ser la insistencia de sus lectores la que decidiera a Javier dar el paso.
Esto, por sí mismo, no tendría nada de especia. Todos, por fortuna, conocemos gente honesta… pero en el caso de Javier, a ello se une una gran sensibilidad moral y con sólidos, amplios y profundos conocimientos en muchas materias, sobre todo en el área de las Humanidades. Al contrario de lo que sucede con otros autores, ávidos de notoriedad y que continuamente parecen estar en el escaparate, Javier primero y durante años, podemos decir que nos regaló gratis et amore, sus artículos sobre literatura y cine en diversos medios, con una capacidad analítica muy personal, realmente aguda y penetrante. Yo creo que todos los que seguimos de forma habitual los textos de Javier a través de los medios en que los publica, coincidiremos en que, trascienden la frontera de la mera reseña, para convertirse en artículos para atesorar, sin caducidad, y que muchas veces nos sirven de guía emocional para adentrarnos en una novela o en una película. Porque Javier no suele detenerse en cuestiones técnicas ni metodológicas, sino que, utilizando sus propias palabras, “se adentra en los distintos pliegues de la condición humana”, el suyo es un enfoque humanista y emocional, ahondando en “lo puramente humano” utilizando una expresión de Nietzsche. Cuando por las mañanas, estoy desayunando y abro el Facebook y encuentro el enlace a un artículo de Javier, ya es un día con un plus, ya es un día que comienza bien.
La trilogía ensayística a la que me refería al principio, ustedes recordarán, daría comienzo con “Los libros que me habitan” en 2019, siguió con “Miradas de cine” en 2020 y lo hace ahora, o por ahora, con “La vida es lo difícil”, un ensayo de pequeñas biografías o semblanzas a través de los cuales, Javier nos da una visión condensada y bastante fidedigna, siempre con algún toque personal, de figuras conocidas del mundo del arte, la literatura, la filosofía o el cine. También es necesario decir que, al igual que pasa con los dos libros anteriores, no están en este todos los artículos biográficos que ha escrito Javier sino que ha tenido que seleccionar aquellos que podían encajar mejor en el libro.
Pero vamos con el libro que nos ocupa, con el cernudiano título de “La vida es lo difícil”. “Morir parece fácil, la vida es lo difícil” es un verso de un poema de Cernuda de donde extractas el título de tu libro y que yo creo, al igual que la portada, resume a la perfección el espíritu de este corpus de pequeñas biografías o semblanzas que nos trae Javier, dificultad y belleza. En la prosa de Javier encontramos resonancias y referencias de todo tipo. Una de las muchas virtudes de estos textos es que son perfectamente comprensibles, sin mengua de una prosa elegante e inteligente y unas marcas estilísticas propias. Algo muy interesante y útil es que Javier nos ofrece en cada semblanza, para quien quiera profundizar en algunos de los personajes, son las referencias bibliográficas, documentales o cinematográficas que ha tomado Javier como base para cada uno de sus artículos.
Evidentemente no todas las vidas tienen el mismo interés, hay incluso autores y artistas que han llevado una vida completamente anodina y sin embargo nos han legado obras inmortales. Un músico que a mí me gusta mucho, como Federico Mompou, llevó una vida completamente intrascendente. Es en aquellos en los que existe una dicotomía entre el yo y el mundo al que se enfrentan de los que podemos sacar una enseñanza de vida. Como el mismo Javier nos dice no es mitómano, no tienen un enfoque hagiográfico e incluso aquellos personajes que más le interesan, tienen sus luces y sus sombras. En total, son 40 personajes.  Javier nos dice en el prólogo que su pretensión ha sido la de que, en unas pocas páginas, el lector obtuviera seleccionados los rasgos más significativos del personaje, aquellas manifestaciones vitales que podrían ayudarlo a profundizar en el conocimiento de la complejidad de la mente humana. Es lo que Javier, en el trasfondo de estas vidas contadas, nos está descubriendo, donde está la clave, no solo ya de este libro sino de la trilogía. Javier nos está desvelando la complejidad del alma humana.
El libro está dividido en varias partes. La primera, “Entre la filosofía y el espíritu” tenemos aquellos personajes con una vida interior muy rica y aquellos cuyo pensamiento y creencias han hecho evolucionar las costumbres y la forma de ver el mundo, como Gandhi, Ernesto Cardenal, Tolstoi, Montaigne o Schopenhauer. En el segundo, “La vida imposible”, donde encontramos a Stefan Zweig, Alejandra Pizarnik, Cesare Pavese o Marilyn Monroe que pusieron fin a su vida por falta de esperanza, por no verse capaces de poder afrontar la vida. La tercera, “Vejez, muerte”, encontramos a aquellos en los que la vejez o la enfermedad hicieron especial mella en su obra, como Kérstesz, Oliver Sacks, Henning Mankell y Aurelio Arteta. En la cuarta “Tanto penar” personajes a los que la vida no trató especialmente bien, como Billie Holiday, Van Gogh, María Callas, Miguel Hernández o Chet Baker. En la quinta, “Vidas en su tiempo” encontramos a Pio Baroja, Tarkovski, D´Annunzio o Luis Buñuel, escritores enclavados en unas determinadas coordenadas temporales e históricas, que los marcaron especialmente. En la sexta, “Heroínas”, visitamos a la activista Hyeonseo Lee, Mercedes Núñez Targa y Denise Affonço. En “Vidas de poeta” Javier nos trae un auténtico póquer de ases poético, nada menos que Luis Cernuda, Aleixandre, Gil de Biedma y Rilke. Y acabamos con una última parte, dedicada a los epistolarios y libros de memorias, con el título “Vidas escritas” con los epistolarios cruzados de Ramón Gaya y Maria Zambrano, Miguel Espinosa y su amante Mercedes Rodriguez, y los escritos testimoniales de Fernando Aramburu y de Kafka.
Bien, a través de estas páginas, veremos cómo Van Gogh no vendió un solo cuadro en su vida, como María Callas daba gracias a Dios todos los días porque le quedaba un día menos de vida, como Oliver Sacks anunció su adiós a la vida en un periódico, como Luis Cernuda iba a menudo al cine y le gustaban especialmente las películas del oeste, que Schopenhauer tenía muy mal carácter, sobre todo en su juventud cómo Ernesto Sábato no encontró editor para El túnel y un pariente suyo financió su coste.
Ya para terminar, escribió Mark Twain, que los dos días más importantes de tu vida son el día en que naciste y el día en que descubres para qué. Lo que ocurre es que en una época, como la que vivimos, caracterizada por la fragmentación del conocimiento, por la banalización, por un absoluto desprecio a la verdad, yo creo que muchos nunca llegamos a descubrir ese para qué.  Libros como los de Javier Puig nos ayudan a ello, merecen leerse con atención, porque son libros que nos hacen pensar y reflexionar sobre lo verdaderamente importante.
Y yo, ya dejó la palabra a Javier, que seguro nos va a contar cosas más interesantes de las que yo puedo trasmitirles.
 Juan Lozano

martes, 7 de diciembre de 2021

Reseña sobre La vida es lo difícil

 Reseña en empireuma (3/12/2021)


Qué gusto da cuando te aproximas a la obra escrita de alguien que, sin ser obligatoriamente profesional de las letras, satisface los grados de exigencia crítica que el material expuesto en lo publicado precisaría para su correcto disfrute. En este punto recuerdo a Octavio Paz, cuando reclamaba poetas que no fueran filólogos.
Javier Puig es escritor o aspira notablemente a serlo, pero antes ha pertenecido a  una comunidad potencial más difusa y extendida: la de los lectores. Se dice que antes de ser escritor hay que ser un buen lector. Javier Puig leía antes de escribir y seguirá leyendo, probablemente, cuando decida dejar la escritura. La lectura  se revela como el mejor adiestramiento del intelecto. Quien lee con voluntad, incluso con pasión, acaba interpretando brillantemente: la afición a la lectura interioriza contenidos, dinamiza y contrasta la información recogida y, sobre todo, supone el esfuerzo de instalarse en aventuras y desenlaces ajenos, lo cual confirma a su vez, la gran plasticidad asimilativa del lector.  
Como ya sabemos gracias a las inquietudes semióticas, leer no consiste sólo en asimilar texto escrito: se lee la arquitectura, la música, la historia... Es por ello que un lector aplicado como Puig “lea”, interprete películas o biografías como vasos comunicantes de una misma y fascinadora intelección.
Efectivamente. En La vida es lo difícil, conversión en epígrafe del famoso verso cernudiano, Javier Puig nos propone una serie de retratos y biografías fulminantes de personajes relevantes en los más distintos ámbitos de la ciencia, el arte o la literatura. Por el libro desfilan tanto cantantes o poetas como novelistas o actores: Nina Simone, Kafka, Tarkovsky, Luis Cernuda, Marylyn Monroe, Gandhi, o Miguel Hernández son unos pocos ejemplos de este suculento abanico de personalidades que tanto por sus biografías como por las versiones críticas que de ellos mismos nos da el interés que suscitan, ocupan un puesto singular en la historia moderna, mayormente, contemporánea.
Puig no nos presenta a los distintos personajes sumidos en una lista monocorde, sino que discrimina según las circunstancias vividas así como por las peculiaridades psicológicas o intelectuales. De este modo hay personajes extremos, como Alejandra Pizarnik o Pavese; heroínas como Mercedes Núñez Targa; hombres de espíritu como Ernesto Cardenal o Schopenhauer; o bien, personalidades que vivieron su época y la encarnaron como Pío Baroja o D´Annunzio.   
Javier Puig consigue mantener el interés de la lectura en todos y cada uno de los retratados aquí, porque, por un lado, son ya objetivamente interesantes en sí mismos, y por otro, porque la escritura de Puig los atiende con la misma pasión lectora y nivel crítico. La calidad del retrato de Puig consiste en que no provoca  especulación tendenciosa sobre las particularidades del hombre o de la mujer cuyo itinerario existencial intenta describir: la información que maneja la extrae de las mejores y últimas biografías que han aparecido sobre los aludidos en cuestión, exponiendo un balance crítico y mesurado de sus vidas. 
Es previsible que alguno de los seleccionados en esta antología vital, susciten más o menos recelo, incluso rechazo o ciega admiración. Si las semblanzas de Puig sortean estos inconvenientes es por su cautela ante los personajes más cautivadores así como por la capacidad de síntesis y contraste que su escritura administra ante realidades tan admirables como únicas.
El título del volumen es explícito y refiere una razón contundente: lo difícil, lo fascinante, el mayor film imaginable es la vida, y esto resulta más notable, todavía, cuando esa vida se vive con intensidad, con perplejidad, con pasión.
Echando un vistazo al libro de Puig, uno recibe un impacto que se merece un comentario general aparte, y que reclamaría una suerte de exégesis de lo que han significado tantas existencias insólitas articulando eso que llamamos modernidad.
Podían haber sido otros los seleccionados por Puig en su recorrido, pero no hay menoscabo alguno en ello, pues cualquiera de los retratados que nos encontramos aquí confirmaría por sus propias vicisitudes, el compromiso, la aventura fulgurante que es el vivir. 
 
José María Piñeiro